jueves, 10 de diciembre de 2009

el alba

Dedicado a mis pasiones sin las cuales no estaría viva.

El alba

Estaba llegando el alba no lo podía creer, tenia una gran jaqueca ¿como es que me lo había permitido?, no recuerdo nada tan nítidamente, solo que desperté en este arrabal. Pero de algo estoy segura ese churro estaba muy bueno, nunca había probado uno tan fuerte, me encauso a lugares lejanos, perros negros y libros todos conviviendo en armonía, como una me hermosa melodía, pero al final todo se distorsiono e hizo una explosión, todo mi ser se desespero lo supe porque al despertar mis ojos estaba llorosos, sintiendo este gran vacio que no puedo contener.

Caminó hacia un lugar bastante oscuro, se lo que es el olor lo delata, es un anfiteatro, caminó vacilante tropiezo con algo escucho como cae y se rompe, el liquido se expande, alguien enciende la luz y lo veo se de inmediato que es mi corazón tratando de reprimir mis latidos con este lazo sentimental, que me hace sufrir.

DUBLIN.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Las seis calles de Gorki

Gorki avanzaba, como cada mañana, sobre la calle 72 con destino a la 78. Su egocentrismo elevado no le permitía ver hacia abajo ni hacia los lados, lo cual ocasionaba un sin numero de accidentes, caídas, tropiezos y un continuo pisar de mierdas por parte de sus zapatos.

En cada caída, lo elegante y egocéntrico de Gorki se veía disminuido, por lo menos eso pensaba la gente de esas calles cuando lo veían caer. Gorki tropezaba y se levantaba sin mirar jamás hacia abajo, ni hacia los lados, su vista siempre permanecía clavada en la distancia, hacia la calle 78.

¿Qué hacia en esa calle? Solo Gorki lo sabía, nadie había tenido necesidad de ir a esa extraña calle. Todos comenzaron a intrigarse, algo en su cabeza les hacia dudar y sentir ansias por saber el destino de aquel hombre. Las calles empezaron a crear hipótesis sobre su diaria caminata.


-Gorki tiene un pacto con el diablo- decían- y es en la 78 donde el infierno mismo se encuentra- dijo una anciana a su grupo de amigas mientras lo veían pasar.

-Gorki es un ángel, y el Señor lo llama a diario en esa calle- decían las monjas entre si al verlo pasar con su mirada fija en aquel punto con los ojos vidriosos, ansiando esos ojos, llegar aun mas rápido que el mismísimo Gorki.

Si bien Gorki era ya todo un personaje en aquel barrio, nadie se atrevía jamás a detenerlo, mucho menos hablarle, mucho menos de frente. Un día, después de planearlo con mas temor que con determinación, un grupo de jóvenes decidió detener el paso de Gorki, las ansias no los dejaban, les daba comezón en el cuello de solo pensarlo, debían hacerlo.

A los 6 meses de que Gorki empezara su caminata, cansados de la intriga, decidieron después de 6 días de planearlo, detener su marcha, y así lo hicieron, se necesitó de 6 hombres para poder frenar su paso.

Al ver esto, las calles se alarmaron, la gente comenzó a gritar como locos al ver interrumpido el camino de Gorki.

-Suéltenlo imbéciles, déjenlo caminar en paz- gritaron unos.

-Agarrenlo fuerte, deténganlo, no lo suelten- gritaron otros mas.

A su alrededor las 6 calles se vieron rodeadas de personas, todas con opiniones propias sobre el origen y futuro de Gorki. Nadie opinaba lo mismo, pero todos gritaban igual. La tensión subía a cada segundo, las caras se ponían rojas, las frentes empezaron a sudar y los gritos se hicieron alarde, y todo porque Gorki empezaba a moverse y los 6 hombres ya no podían aguantarlo estático durante mas tiempo. Por fin en un súbito arranque de valentía (producto quizá del alboroto), un joven más alto que todos decidió mirar entre los míticos ojos de Gorki y la famosa calle 78. Jamás nadie gozó de ese atrevimiento, nadie podía ver a Gorki a los ojos, por el hecho de que Gorki en sí no veía nada.

Con firmeza el joven se asomó lentamente entre aquella famosa vista, vio los ojos de Gorki y de inmediato sintió como, por primera vez en su vida, había ausencia de luz.

-Se le están cayendo los ojos- gritó una anciana al lado suyo.

En segundos los ojos de aquel joven se derritieron, cayeron por entre su cara y terminaron esparcidos en el piso. No gritó, más bien se desplomó como agua que cae de golpe en el cemento. La multitud guardó silencio, las 6 calles quedaron mudas. Gorki se libró en ese mismo instante de aquellos 6 jóvenes y siguió su paso, no sin antes tropezar con el cuerpo del joven que se atrevió a verlo de frente y de resbalar con lo viscoso de sus ojos.

La multitud no hizo caso al cuerpo, -ahora cadáver-, y sintieron en ese momento una comezón que empezó en sus tobillos y subió hasta su cara, algo dentro de ellos los motivaba a andar tras el paso de Gorki. Hipnotizados y en un silencio frío, siguieron al hombre. Durante 5 calles no hubo más sonidos que los de Gorki tropezando. La gente detrás de el lo seguía con una devoción inquietante. Si Gorki se dirigía al cielo o al infierno eso ya no importaba, las 6 calles lo seguirían a donde fuese.

En la calle 75 y de repente, Gorki se detuvo, no caminaba muy rápido para percibir esto pero la multitud que le seguía y que veían atentos cada paso de Gorki notaron con asombro el hecho de que se detuviera. El silencio anterior no se comparaba con el que ahora flotaba en todas las 6 calles; de pronto, Gorki enfocó bien la mirada y visualizando mas de cerca la 78 empezó a correr, a toda fuerza, su vista puesta hacia esa calle se hacia mas grande, sus ojos se abrieron y se iluminaron mas y mas.

La multitud empezó, un segundo después, a correr detrás de el, las ancianas lentas, las monjas gordas, los niños descalzos, los ejecutivos sádicos, los policías grotescos, las madres tristes, los jóvenes drogados, todos detrás de el, como ansiando lo imposible a cada trote.

Al fin Gorki cruzó la calle 77, estaba a unos pasos.

Atravesando la calle y llegando a un poste alto y negro con letreros en su punta, se detuvo, se tiro al piso y con la vista clavada aun en lo alto del poste, Gorki cerró los ojos y murió.

En el momento en que Gorki cerró los ojos, la gente despertó del trance, se miraron unos a otros con la misma cara de asombro que tenían cuando pensaban en el destino de Gorki, al unísono todas las calles y sus multitudes miraron a lo alto del poste.

No existía la calle 78, nunca existió, y al darse cuenta de esto empezaron a sentir de nuevo ese cosquilleo incomodo que partía de sus tobillos y esta vez se estancaba en sus ojos, al momento empezaron todos a llorar, no lloraban de tristeza ni de alegría, sus ojos se estaban limpiando por primera vez en su vida, no era un llanto de sollozos, cuando las miradas quedaron por fin limpias todas súbitamente se dirigieron hacia atrás, dieron vuelta a sus cabezas y vieron hacia la calle 72. Empezaron a caminar hacia ella, con la vista clavada en la ansiada 72, sin mirar hacia abajo o hacia los lados, tropezando con lo que fuese. Gorki murió en su trabajo.


-Saavedra-.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Habitación

No tenía idea de qué era lo que me podía mantener despierto a las cuatro de la madrugada; mis sentidos, hábiles como los de un gato, podían captar todos y cada uno de los detalles que se agrupaban lentamente a mi alrededor, tenía miedo, y tratar de averiguar el por qué podría haber sido una buena forma para tratar de conciliar el sueño.
No vacile, estire la mano hasta el buro y tome el paquete de cigarrillos, prendí uno y comencé a fumarlo, podía sentir como mi boca se llenaba de humo y como éste se trasladaba ágilmente por mi garganta hasta llegar a mis pulmones ¡Dios! Que sensación, amaba fumar, sentir como ese pequeño e insignificante objeto que me robaba la vida de manera sutil y embriagadora podía hacer que mi realidad, mi cruda realidad, se transformara por unos cortos minutos en un instante placentero. El cigarrillo se termino y regrese a la oscuridad de mis cuatro paredes, podía ver como los muebles lograban hacer monstruosas formas que invadían mi habitación invitándome a sentir el mas puro de los miedos, la mas sincera de las angustias, la mas horrible de las desesperaciones. No tiene caso permanecer mas tiempo acostado, me decido, tomo mis pantuflas y me propongo dirigirme hacia la cocina a preparar café, realmente necesitaba una buen taza de café, tropiezo torpemente entre zapatos y pantalones, entre libros y mochilas. ¡Vaya desastre! Mi habitación hacia honor al mas puro de los caos, esa era mi vida reflejada en un cuarto, una cabeza desordenada, ilusionada y sumamente distorsionada ¿era un crimen que una habitación mostrara el reflejo de tu personalidad? Yo creía que no, era un crimen tratar de poner orden a ese santo lugar, el solo pensarlo hacia que un rudo escalofrió recorriera mi espina. Cada una de mis emociones, sueños, aspiraciones, miedos y tristezas tenía su lugar en ese pequeño espacio, atreverme a mover algo era atreverme a mover parte de mi vida; no tenía el valor suficiente de atreverme a cambiar, de descubrir cuál era la verdadera persona que vivía en mí, no era que estuviera descontento con la persona que hasta ese momento había sido, sino que qué pasaría si ese nuevo yo resultaba ser algo inesperado, algo que no podría llegar a controlar y terminaría consumiendo todo lo que yo creí ser hasta ese entonces. Miro el reloj ¡mierda! He perdido una hora tratando de decidir qué hare con mi habitación; mi frente sudaba, el calor que hacia esa madrugada me volvía loco, el miedo se había ido, las ganas de fumar también, había olvidado poner una cafetera, simplemente me encontraba, cruzado de piernas en medio de mi habitación, viendo pasar el tiempo, tiempo que ya no recuperaría, tiempo que en algún punto de mi vida me arrepentiría de haberlo perdido, pero en ese momento, en ese instante fugaz, estando cruzado de piernas en medio de mi habitación lo único que me importaba era ver como cada parte de ese desorden brutal hacía referencia a una acción brutal. Ahora lo único que restaba por hacer era poner orden a mi habitación, poner orden a una vida, mi vida.
Vampire weekend

sábado, 14 de noviembre de 2009

También te extraño

-Ana

-Anaaaa,

-Anaaaaaaaa…

Sus pesados parpados se abrieron para permitir, que la espesa luz penetrara sus pupilas, sintiendo esa ansiedad que provocan las ganas de orinar, saltó de su cama y corrió hasta el baño, se sentó, tocó sus piernas y se observó en el espejo que colgaba inerte frente al escusado, notó algunas marcas en su cuello y sus senos, comenzó a vagar por los pasillos de su mente para encontrar un indicio que la ubicara en el momento en que habían florecido las violentas y pasionales marcas, sin éxito alguno, se levantó y recordó el motivo que la hiso despertar, aquella voz única, que en el archivo de sus recuerdos permanecía intacta, como aquella ultima vez.

-Alex!- Exclamó en voz alta

Hundida en un mar de recuerdos, sus mejillas comenzaron a mojarse, era la primera vez que lloraba desde hacía un mes, en que Alejandro había partido para siempre, y pensó:
me extrañas, sé que me extrañas,

Sin dudarlo un segundo giró y tomó aquella navaja que días antes le arrebatara de sus brazos a la única persona que había querido en la vida, aquel amor de niños, que se transformó en amor aparentemente maduro y que Alejandro de la mano de su egoísmo, sus crisis existenciales y una afilada arma, había culminado en sus muñecas.

Levantó su mano y dirigió el potente filo a su yugular, lentamente comenzó a cortar su cuello mientras sonreía, no tenía miedo en absoluto, estaba contenta, solo pensaba en estar con él -yo también te extraño-susurró y comenzó a sentir un fuerte mareo mientras su cuerpo se desplomaba y caía en el blanco piso…

-Anaaaaaaaa

-Anaaaaaaaaaaaaaaaa

-Anaaaaaaaaaaaaa

Sus pesados parpados se abrieron para permitir, que la espesa luz penetrara sus pupilas…

-¿cómo? ¿Lo soñé? ¡¡¡¡¡Perfecto!!!!!!, que pendeja! – gritó

Estalló en una fuerte carcajada, estaba feliz de no estar muerta, los recuerdos chocaban unos con otros de la fuerte resaca.

Se levantó de su cama y dirigió su cuerpo a la empolvada mesa que adornaba la habitación en una esquina, tomó una botella de vino tinto y a la velocidad de la luz del pensamiento ya caía la fina bebida en su boca, tomó una jeringa y caminó hacia el baño hablando como los soliloquios suelen hacerlo y dijo entre carcajadas:

-si cómo no!, ¿matarme por ti?, ni cuerda, la herencia que me dejaste no me hace ninguna gracia, ¡tus putas deudas y la pinche adicción a la heroína!, pero bueno no es para tanto, además ni te extraño-

Enseguida gritó:

-¡Javier!, ahora bajo.
Farah*

Una mentira no vive hasta hacerse vieja

Me dijo me amaría toda la vida, me dijo que me querría hasta que la tierra dejara de girar, y que cada primavera seria su luz en la vida de tinieblas, me dijo que toda su vida estaba conmigo.
Pero mis ojos lo percibieron, estaba con otra personas a la cual mis oídos escuchaba a lo lejos que le decía que la amaría toda su vida, que se quedaría con ella hasta que la tierra dejara de girar y que cada primavera seria su luz en la tinieblas, mi corazón no lo soporto se ah roto, mi cerebro no puedo procesar toda esta información que tengo. Lo veo por ultima vez me acerco a el, le digo que este será nuestro final, le pido un beso de despedida, me acerco a el suavemente, mis labios se unen con los suyos y en un movimiento rapido le muerdo la lengua hasta arrancársela, nunca mas me volverá a mentir y tampoco a otro ser.

DUBLIN.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Memo el indomable.

 
Hijo ven, acércate, Memo hijo, sabemos que acabas de entrar al Jardín de Niños y es por eso que queremos hablar contigo. Han pasado ya 6 meses desde que estas en esa escuela y nos has defraudado por completo, te hemos perdido. Hoy llegó el reporte de tu maestra donde nos dice tu escasa habilidad para dibujar círculos redondos y tu incapacidad para pronunciar las vocales.
Sabemos que tienes 4 años y que quizá eres un poco tonto pero ¡Por favor hijo! Nadie dibuja a Winnie Pooh de color verde, eso hijo mío, es un pecado.

-¡No te metas con Winnie Pooh hijo de puta!-.
-Hijo ¿Pero que estas diciendo?-.
-Ya me escuchaste animal, ¡A Winnie no lo metas en esto!-.
-Pero hijo por Dios, Diosito te va a castigar por decir groserías-.
-¡Que se vaya al carajo el anciano, además estoy harto, me voy de la casa opresores infantiles!-.
-¿Que? ¿Como es posible? ¡Amor regáñalo!-.
-Vete a la mierda calvo impotente, el perro me entiende más que ustedes. Estoy ahora en una etapa de mi vida en la cual ustedes salen sobrando, ya no los necesito ancianos, aprendan a vivir sin depender de mí-.
-¡Hijo! ¿De verdad eres tú? ¿Que te ha pasado? Por Dios ¿A que Kinder te hemos metido?, Esto es culpa de tu madre lo se, ella y sus psicologías infantiles, maldita Montessori-.
-Esto es un asunto de toda mi vida anciano, ya no puedo soportar años y años en silencio. He intentado todo, he dejado de gatear, me he sentado tranquilo a tragar las asquerosas comidas de tu esposa y negado que el vomito fluya, pero esto, calvo amanerado es demasiado, te metiste con el símbolo de mi inocencia-.
-Memo ¡hijo! Te iras al infierno, ¿No escuchaste al padre el Domingo?-.
-El infierno es escuchar cada noche tus cuentos infantiles, mal narrados y con finales sin sentido, créeme que eso me quema las entrañas, prefiero vivir la obra de Dante a tener que escuchar tus pseudo historias de astronautas y dinosaurios. Así que esta decidido, me largo de aquí, espero no sufran sin mi, ya se recuperaran con el tiempo-.
-¡Hiciste llorar a tu madre! Pequeño bastardo insolente, mal hijo, estas castigado sube a tu cuarto y piensa en lo que hiciste-.
-¿No me escuchaste insecto? No viviré mas días aquí, ¡ME VOY DE LA CASA!, de verdad que están sordos. Me largo y me llevo al perro, no quiero que sufra con los llantos de tu esposa-.
-¿Pero hijo, sabes lo que estas haciendo?-. -¿A donde iras, estas loco?-. Necesitas de nosotros-.
-Después de tantos años y aun no conoces a tu hijo, que vergüenza, ya lo solucione todo anciano, en la escuela conocí una señorita, es la hija del Director, dice que esta esperando un hijo mío y que tan pronto nazca y nos casemos, la Subdirección será toda mía. Esto me hace llegar a ser mas en la vida que tu y tu patético trabajo de Cartero-.
-¿Que estupideces estas diciendo Memo? ¡Todo eso es imposible! Te recuerdo que eres idiota de nacimiento y con esto lo confirmas-.
-¿De donde lo habré sacado? El hecho de que un Doctor diga tal cosa no quiere decir nada anciano, puedo ser idiota pero eso no me quita lo humano y por lo tanto me voy a vivir la vida que me corresponde, lejos de ti y tu esposa y de ese hermano tuyo afeminado que viene los sábados a masajear a mi perro-.
-¡Hijo! Acabas de denigrar la especie. Espero que en tu viaje te vaya mal y regreses patético y llorando a los brazos de tu madre. Que Dios te bendiga.
-Antes de irme les diré algo, en especial a ti anciano, no porque Dios me bendiga quiere decir que quiero esa bendición-.

Memo salio con su mochila de Winnie Pooh llena de juguetes y galletas, con su perro detrás de él y con la firmeza y elegancia que nunca tuvo su padre.

-Amor. ¿Sabes algo? Creo que nuestro hijo no es un idiota después de todo, creo que es todo un hombre. Todo un hombre. Como su padre.

Saavedra.

La Metralla de Pi

En un esfuerzo (casi nulo, tirándole a escaso) por lograr establecer un espacio para publicar las ideas literarias de un grupo de historiadores, se logra el diseño de este blog que entre bromas y carcajadas toma nombre (un tanto marxista y un tanto Pitagórico).
Las personas involucradas en su elaboración y su actualizacion padecen de anomalías tanto psicológicas como ideológicas, por esta razón la lectura de los textos pudiera llegar a ser un poco perturbante y profética.

Se recomienda no leer este blog bajo ninguna circunstancia, bajo ningún dogma y mucho menos bajo algún estado emocional, el consumo de estos textos puede resultar fatal para su integridad, estabilidad y autoestima.

Aclarado esto se da la bienvenida a todo lector ajeno a las costumbres y normalidades que la iglesia considere como "dignas y morales".

Atentamente su afamado director creativo.

Dekis Saavedra.