jueves, 12 de noviembre de 2009

Memo el indomable.

 
Hijo ven, acércate, Memo hijo, sabemos que acabas de entrar al Jardín de Niños y es por eso que queremos hablar contigo. Han pasado ya 6 meses desde que estas en esa escuela y nos has defraudado por completo, te hemos perdido. Hoy llegó el reporte de tu maestra donde nos dice tu escasa habilidad para dibujar círculos redondos y tu incapacidad para pronunciar las vocales.
Sabemos que tienes 4 años y que quizá eres un poco tonto pero ¡Por favor hijo! Nadie dibuja a Winnie Pooh de color verde, eso hijo mío, es un pecado.

-¡No te metas con Winnie Pooh hijo de puta!-.
-Hijo ¿Pero que estas diciendo?-.
-Ya me escuchaste animal, ¡A Winnie no lo metas en esto!-.
-Pero hijo por Dios, Diosito te va a castigar por decir groserías-.
-¡Que se vaya al carajo el anciano, además estoy harto, me voy de la casa opresores infantiles!-.
-¿Que? ¿Como es posible? ¡Amor regáñalo!-.
-Vete a la mierda calvo impotente, el perro me entiende más que ustedes. Estoy ahora en una etapa de mi vida en la cual ustedes salen sobrando, ya no los necesito ancianos, aprendan a vivir sin depender de mí-.
-¡Hijo! ¿De verdad eres tú? ¿Que te ha pasado? Por Dios ¿A que Kinder te hemos metido?, Esto es culpa de tu madre lo se, ella y sus psicologías infantiles, maldita Montessori-.
-Esto es un asunto de toda mi vida anciano, ya no puedo soportar años y años en silencio. He intentado todo, he dejado de gatear, me he sentado tranquilo a tragar las asquerosas comidas de tu esposa y negado que el vomito fluya, pero esto, calvo amanerado es demasiado, te metiste con el símbolo de mi inocencia-.
-Memo ¡hijo! Te iras al infierno, ¿No escuchaste al padre el Domingo?-.
-El infierno es escuchar cada noche tus cuentos infantiles, mal narrados y con finales sin sentido, créeme que eso me quema las entrañas, prefiero vivir la obra de Dante a tener que escuchar tus pseudo historias de astronautas y dinosaurios. Así que esta decidido, me largo de aquí, espero no sufran sin mi, ya se recuperaran con el tiempo-.
-¡Hiciste llorar a tu madre! Pequeño bastardo insolente, mal hijo, estas castigado sube a tu cuarto y piensa en lo que hiciste-.
-¿No me escuchaste insecto? No viviré mas días aquí, ¡ME VOY DE LA CASA!, de verdad que están sordos. Me largo y me llevo al perro, no quiero que sufra con los llantos de tu esposa-.
-¿Pero hijo, sabes lo que estas haciendo?-. -¿A donde iras, estas loco?-. Necesitas de nosotros-.
-Después de tantos años y aun no conoces a tu hijo, que vergüenza, ya lo solucione todo anciano, en la escuela conocí una señorita, es la hija del Director, dice que esta esperando un hijo mío y que tan pronto nazca y nos casemos, la Subdirección será toda mía. Esto me hace llegar a ser mas en la vida que tu y tu patético trabajo de Cartero-.
-¿Que estupideces estas diciendo Memo? ¡Todo eso es imposible! Te recuerdo que eres idiota de nacimiento y con esto lo confirmas-.
-¿De donde lo habré sacado? El hecho de que un Doctor diga tal cosa no quiere decir nada anciano, puedo ser idiota pero eso no me quita lo humano y por lo tanto me voy a vivir la vida que me corresponde, lejos de ti y tu esposa y de ese hermano tuyo afeminado que viene los sábados a masajear a mi perro-.
-¡Hijo! Acabas de denigrar la especie. Espero que en tu viaje te vaya mal y regreses patético y llorando a los brazos de tu madre. Que Dios te bendiga.
-Antes de irme les diré algo, en especial a ti anciano, no porque Dios me bendiga quiere decir que quiero esa bendición-.

Memo salio con su mochila de Winnie Pooh llena de juguetes y galletas, con su perro detrás de él y con la firmeza y elegancia que nunca tuvo su padre.

-Amor. ¿Sabes algo? Creo que nuestro hijo no es un idiota después de todo, creo que es todo un hombre. Todo un hombre. Como su padre.

Saavedra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario